palabras

jueves, septiembre 07, 2006

...Cayó sobre mis manos y solo sentí silencio. Tuve tiempo a observarlo, detenerme ante él, y sin querer perdí su abrazo. Paseé durante un instante en las horas que esperas y nunca llegan, mientras sus ojos me regalaban un infinito lleno de luces que desprendía su mirada. Sin llamarlo, llegó ese momento que casi nadie quiere, el momento de atrincherarnos contra lo que sucede en un instante y del que todo el mundo huye, era como una nada absoluta, yo sentía que todo tenía un final a la vuelta de la esquina y estaba segura de que él lo sabía. A veces, las cosas duran lo que dura un segundo que no se olvida, y quizá todo se detenga cuando el vacío nos inunde al igual que hoy. Ya todo está quieto, ya nada se mueve, salvo yo, que busco ,en medio de la locura que nos regalan los días que se pierden en mi memoria cuando todo el mundo duerme...